Antes, cuando el mundo era otra cosa, la innovación era atributo de ciertas organizaciones. Por ejemplo, las empresas tecnológicas tomaban siempre la delantera en la transformación de sus procesos mediante la tecnología. Hoy, la innovación es la norma, aquellas compañías que no lo hacen, simplemente corren el riesgo de quedarse en el camino. El desafío que se presenta es cómo aplicar la cultura organizacional en un mundo digital.
Precisamente, una de las cuestiones más evidentes que nos dejó el 2020, es la aceleración de la digitalización en las empresas. Para muchas organizaciones apareció la necesidad de adaptar sus procesos de trabajo a la nueva realidad y, por ejemplo, así creció el home office, entre otros fenómenos. Abundaron las reuniones por videoconferencia y se adaptaron los flujos de trabajo al entorno digital.
Pero, como venimos explicando en otros artículos, la cultura organizacional es mucho más que las herramientas que utiliza una empresa para desarrollar su actividad. La pregunta que surge entonces es ¿cómo adaptar la cultura corporativa al mundo digital?
La transformación digital es un asunto clave en la agenda de los directivos de todo el mundo. Pero, en realidad ¿a qué llamamos transformación digital? Podemos comenzar definiéndola por lo que no es.
¿Qué es entonces? La transformación digital es un proceso de cambio en el que cobran protagonismo las nuevas tecnologías. Estas son aplicadas de forma transversal en todas las áreas de la empresa, modificando así su funcionamiento.
Esta transformación implica un cambio de mentalidad en los líderes y colaboradores de las organizaciones. Porque, básicamente, consiste en la aplicación de nuevos métodos de trabajo que aprovechen todo el potencial de la digitalización.
Por esta razón, la transformación digital significa un cambio sustancial en la forma en que el talento realiza sus tareas, en sus comportamientos y en cómo interactúan con los demás dentro y fuera de la organización. Esto es, todo lo que representa la cultura organizacional.
De ahí la importancia de entender cómo la digitalización obliga a las empresas a revisar su cultura y adaptarla a los nuevos tiempos.
Los cambios siempre generan incertidumbre. Muchas veces, estos pueden provocar malestar dentro de la empresa y eso se debe, sobre todo, al choque que produce la nueva propuesta con la cultura arraigada en la organización.
La cultura corporativa es la forma en que se hacen las cosas en una empresa. Precisamente, la digitalización de una compañía implica incorporar las nuevas tecnologías a los hábitos y comportamientos dentro de ella. Un cambio semejante es todo un desafío para directivos y equipos de RRHH.
En este sentido, como mencionamos en el artículo sobre transformación cultural, es clave la mirada hacia el interior de las organizaciones para revisar qué se hizo, cómo y qué de todo eso se desea mantener.
Adaptar la cultura organizacional al mundo digital implica una transformación en el conjunto de creencias, valores, hábitos y comportamientos de los colaboradores de la compañía. Sin embargo, hablamos de transformación y no de ruptura, porque hay mucho que se puede conservar, siempre y cuando esté alineado a los objetivos de la empresa.
Es por esto que los líderes deben mirar la digitalización enmarcada en su cultura corporativa particular. No hay modelos únicos a seguir. La gestión de esta transformación debe tener en cuenta la cultura de la empresa para introducir los cambios. Ya que, en definitiva, la cultura organizacional es la única que puede darle bases sólidas a esa transformación.
Es importante recordar que plantear un cambio profundo como este requiere tiempo. La digitalización debería ser un proceso progresivo y constante, para que naturalmente las empresas migren hacia el modelo.
Como dijimos antes, adaptar la cultura organizacional al mundo digital implica un cambio transversal en las empresas. Esto quiere decir que la implementación se realiza en todos los niveles de la organización. En este sentido, las personas son la pieza fundamental de la transformación.
El cambio comienza por los individuos que integran la empresa. Los directivos son quienes deben liderar la transformación digital, creer en ella y transmitirla al resto de colaboradores.
Al mismo tiempo, es importante que los líderes de cada área respalden la estrategia y la lleven adelante dando el ejemplo. Esto quiere decir que serán los primeros en incorporar nuevas herramientas y promover la implantación de las nuevas tecnologías en el día a día de la organización. Deben fomentar también el compromiso de los colaboradores a través de diferentes metodologías, como por ejemplo, los programas de reconocimiento e incentivos.
Además, estos deben controlar que se estén adoptando las nuevas herramientas y medir los resultados. Esto permitirá que la compañía pueda avanzar progresivamente hacia una transformación digital plena.
¿Qué rol tiene el talento de una organización en todo esto? Uno muy activo. Algunos párrafos atrás mencionamos que migrar hacia la digitalización implica cambiar de forma sustancial la manera en que el talento realiza sus tareas, sus comportamientos y en cómo interactúan con los demás dentro y fuera de la organización. En este sentido, es indispensable que los colaboradores adquieran no sólo herramientas, sino también habilidades y competencias digitales que les permitan afrontar el cambio.
En este punto es clave la comunicación interna en cada área de la empresa. También es importante brindar un espacio adecuado para que los colaboradores puedan expresar qué necesitan, qué dificultades tienen para afrontar los cambios y qué competencias y herramientas podrían ayudarles a mejorar. Esta instancia puede ser de mucha utilidad para plantear objetivos específicos.
Una herramienta clave para digitalizar estos espacios de feedback es Loop 1a1, una solución que hemos desarrollado desde Uakika para brindarle al talento de las organizaciones la posibilidad de realizar un resumen posterior a la reunión, generar recordatorios y analizar los compromisos asumidos por cada parte para su seguimiento. Esto brinda mayor transparencia y ayuda al cumplimiento de metas y objetivos.
Adaptar la cultura organizacional al mundo digital es posible. Es un proceso que lleva tiempo, pero también es una exigencia en el contexto actual. ¿Tu empresa está lista para esta transformación?