Saltar al contenido
  • No hay sugerencias porque el campo de búsqueda está vacío.
Reconocimiento

Competencias Organizacionales: Innovación, pasión y trabajo en equipo

Carolina |

Adaptarse ya no es una opción, es una condición para seguir siendo relevantes.
En un mundo atravesado por transformaciones tecnológicas y sociales constantes, las competencias organizacionales deben evolucionar al ritmo del entorno. Según un informe del World Economic Forum, el 50% de los trabajadores necesitará reskilling para 2025 debido a la automatización y la digitalización de procesos laborales (WEF, 2020).

Las organizaciones que actualizan sus competencias colectivas tienen más chances de crecer sostenidamente.
Esto implica revisar de forma periódica si las competencias actuales siguen alineadas a los desafíos del negocio. Tal vez algunas deban ser eliminadas, redefinidas o reemplazadas por otras más vinculadas a la innovación, la colaboración ágil o la gestión del cambio.

Además, estudios de McKinsey muestran que las empresas que invierten activamente en habilidades blandas como adaptabilidad y aprendizaje continuo son un 52% más productivas y un 30% más rentables que sus pares que no lo hacen (McKinsey, 2021).

¿Tu organización está preparada para este cambio de época?
Convertí el contexto en una oportunidad y hacé de las competencias organizacionales una ventaja competitiva real.

 

¿Qué son las competencias organizacionales?

No es fácil definir qué son las competencias organizacionales. En principio, porque se las suele confundir con las competencias laborales buscadas en el talento. Aunque se relacionan estrechamente con estas, no son lo mismo.

Las competencias organizacionales son aquellas que se comparten a nivel global en la compañía. Estas se relacionan con los diferentes conocimientos, habilidades y destrezas que se desarrollan o se pretenden desarrollar en todo el equipo. Es lo que se espera que tenga presente cada colaborador para llevar a cabo sus tareas diarias y se refleje a nivel general en toda la organización.

Es importante distinguir que las competencias organizacionales implican mucho más que un “saber hacer” o un conocimiento técnico. Dado que son las capacidades con las que cuentan las personas dentro de la empresa para conseguir los objetivos del negocio

¿Cuál es la relación entre las competencias organizacionales y los valores de una empresa?

Cuando hablamos de cultura organizacional, nos referimos a los valores, creencias, hábitos, tradiciones, comportamientos e interacciones presentes en una empresa. Y si tuviésemos que resumir todo ello en dos componentes serían: valores y comportamientos. Precisamente, estos últimos reflejan de algún modo las competencias organizacionales.

De esta manera, definir con claridad los valores y competencias que quieres desarrollar en tu compañía es una apuesta por reflejar su identidad. Por ello es tan importante distinguirlos.

Antes dijimos que las competencias son habilidades, destrezas y conocimientos que se traducen en comportamientos. Es decir que cuando hablamos de competencias organizacionales nos estamos centrando en aquellas acciones que puedes notar u observar y hasta incluso medir

Sin embargo, estas competencias no tienen el impacto deseado si no están alineadas a los valores de la empresa. Estos son los rasgos de personalidad que deseamos en nuestra organización, es decir, en nuestros colaboradores. 

Los valores constituyen la identidad del negocio, nos dicen cómo es una empresa y qué la distingue de las demás. Los valores también nos hablan del propósito de una organización y sirven de guía para encaminar las acciones hacia los objetivos. De alguna manera, trazan el camino y motivan a los equipos a avanzar. 

Así, los valores y las competencias organizacionales reflejan el qué y el cómo de una compañía y por ello se complementan. No es posible definir las competencias de tu organización sin conocer sus valores. 

3 competencias organizacionales clave

No existe una fórmula mágica para definir qué competencias se deben desarrollar a nivel integral en las empresas. Aunque sí es importante tener en cuenta la cultura de la organización y sus objetivos. Esto nos da un punto de partida, pero ¿cómo continuar a partir de ahí?

  • Pregúntate si las competencias que estás desarrollando actualmente representan el día a día de tus colaboradores. Esto es fundamental para conocer el grado de adecuación de las competencias con la cultura. 

  • Siempre ten en cuenta el contexto. Las tendencias oscilan de manera constante y a veces drásticamente. Vivimos un momento todavía incierto y la regla para sobrevivir es la adaptación. El 2020 nos ha dejado grandes lecciones sobre ello. Por eso, analiza el contexto y transforma tus competencias organizacionales en base a ello. Quizá debas eliminar algunas, transformar otras o simplemente adoptar nuevas.

  • Revisa la visión de tu compañía ¿dónde quieres que esté en el futuro? Evalúa, a partir de esta respuesta, si las competencias organizacionales actuales de tu negocio te permitirán alcanzar esa meta o si debes incorporar otras para lograrlo. 

Ahora sí, ha llegado el momento de hablarte de tres competencias organizacionales fundamentales: Innovación, pasión y trabajo en equipo

Innovación

La innovación ya no es un área, es una competencia transversal.
Implica fomentar la creatividad, la experimentación y la apertura al cambio en todos los niveles de la organización. Según PwC, el 61% de los CEOs considera que la innovación es clave para sostener el crecimiento a largo plazo, pero solo el 16% cree estar logrando integrarla verdaderamente en su cultura (PwC, 2023).

Fomentar esta competencia requiere crear espacios seguros para el error, equipos diversos y metodologías ágiles que permitan transformar ideas en acción.

Sin dudas, cuando hablamos de innovación nos referimos a una de las competencias clave para las empresas. Esta se refleja en la forma de hacer las cosas frente al entorno cambiante y diverso que las rodea.

Las empresas que adoptaron la innovación como competencia organizacional, se destacan con claridad del resto porque están atentas a los cambios que se producen en el contexto y responden a ellos a través de mejoras en todos sus procesos producción. 

Las empresas que innovan pueden alcanzar una ventaja competitiva considerable y ofrecer esto como diferencial ante sus competidores. 

Muchas veces, la innovación se asocia a la implementación de tecnología, pero no se limita a ello. Esta competencia implica mantener la mente abierta para producir mejoras continuas en la actividad de la empresa y, de este modo, aumentar la eficiencia del negocio. 

Por ejemplo, puedes innovar implementando un nuevo programa de reconocimiento en tu organización. El foco estará puesto en las personas para que se produzcan mejoras continuas en tu equipo de colaboradores

Pasión

La pasión no se impone, pero sí se puede cultivar.
Organizaciones con altos niveles de compromiso y sentido de propósito logran mejores resultados: las personas apasionadas son 125% más productivas según estudios del Energy Project (Harvard Business Review, 2014).

Esta competencia tiene que ver con alinear valores personales y organizacionales, reconocer el esfuerzo y celebrar los logros. El reconocimiento público, por ejemplo, es una de las prácticas más efectivas para consolidar esta dimensión.

Cuando hablábamos del propósito de una organización, es decir, por qué hace lo que hace, la pasión parece un elemento intrínseco. ¡Y lo es! 

La pasión como competencia organizacional es una forma de hacer que consiste en trabajar buscando de manera activa la mejora en cada tarea que se realiza

Por eso esta competencia tiene un rol fundamental en el éxito de una empresa, ya que, entre otras cosas, te permitirá mejorar el clima organizacional, aumentar la motivación y con ello la productividad e incluso innovar en tus procesos

Consideremos que no solo es una competencia, sino también un valor corporativo clave que se refleja en la conducta y el equilibrio de la organización. 

Trabajo en equipo 

En un mundo hiperconectado, saber trabajar en equipo es tan importante como saber liderar.
La colaboración efectiva potencia la creatividad, acelera los procesos y mejora la toma de decisiones. Según Deloitte, las organizaciones que priorizan la colaboración aumentan su rendimiento hasta en un 20% respecto de aquellas que operan de forma aislada (Deloitte Human Capital Trends, 2020).

Hoy, esta competencia implica también trabajar en entornos híbridos, con herramientas digitales, habilidades de comunicación empática y liderazgo horizontal.

Finalmente, debemos hablar de una competencia esencial en cualquier compañía: el trabajo en equipo. Se trata de la capacidad de una empresa para construir relaciones de cooperación y confianza entre todas las personas que la conforman y así favorecer el logro de los objetivos.

Una manera de sumar esta competencia dentro de tu organización puede ser a través del feedback o retroalimentación cuando sea conveniente. Esto fomenta el diálogo y la comunicación entre pares y entre miembros de distintos equipos.

Por ejemplo, puedes sumar programas de incentivos y reconocimiento, donde la retroalimentación se vuelve un elemento cotidiano, un componente más dentro de la cultura.

Ahora es tu turno ¿qué competencias organizacionales crees que no pueden faltar? 

Compartir esta publicación