Atención empresas. Sin cultura organizacional, no existe marca empleadora.
Ante la pregunta de cómo gestionar y diseñar correctamente la estrategia de la marca empleadora, será necesario primero tener muy claro las creencias, valores, historias y otros atributos propios de la cultura empresarial. Sólo cuando este intangible esté definido podremos comunicar los beneficios y ventajas de formar parte de nuestra organización con el fin de llegar a nuevos talentos y retener los actuales.
Potenciar la marca empleadora será responsabilidad compartida del área de Marketing y de Recursos Humanos, pero no hay dudas sobre la importancia de la misma para el resto de la compañía.
Primero, un ejercicio.
Piensa en Google, en sus colaboradores, en sus oficinas. Seguramente lo primero que venga a tu mente es un Segway para recorrer sus pasillos, gente joven compartiendo ideas que podrían cambiar el mundo o grandes espacios verdes donde tomar el almuerzo. ¿Tú también tienes esta misma imagen?
Esta visión que compartimos sobre Google (O muchas otras compañías) surgió como consecuencia de transformar su cultura corporativa, de alinearse con valores relacionados a la innovación, la tecnología, la creatividad… pero hay algo más. La marca empleadora. Poco sirve una cultura corporativa de éxito si no es comunicada correctamente. De este modo, el employer branding (O marca empleadora, en Español) es la imagen que las organizaciones proyectan a sus colaboradores, tanto actuales como próximos así como a la sociedad.
Ya sea que te encuentres en el área de RRHH o de Marketing, tienes un gran desafío por delante. Un desafío muy pero muy divertido.
No es momento de ser ingenuo.
Si creías que son las organizaciones las únicas que analizan e investigan para realizar contrataciones, quiero decirte que no es correcto. A los millennials y a la generación Z no nos cuesta nada Googlear. Es más, lo hacemos y mucho, y las empresas para las que desempeñamos funciones son nuestro objeto de investigación predilecto. Imagina el futuro que le espera a las organizaciones con los centennials, que no saben lo que es vivir sin internet…
Por esto mismo, ¿Qué esperan las empresas para mostrar lo que “valen” al mundo?
Así como con los Segways y los almuerzos en los amplios parques de las oficinas de Google, esta multinacional comprende a la perfección los beneficios que mostrarse como una empresa cool e innovadora trae aparejados. Ellos son:
Imagina que en la empresa para la que trabajas es posible tomar la decisión de trabajar 100% remoto desde Tailandia… O Italia. O que puedes llegar a las 11 de la mañana sin que te pongan mala cara. O que eres reconocido por aportar nuevas ideas.
Aunque para para algunos esto pueda sonar una locura, sabemos que estas organizaciones sí existen. ¡Ni siquiera tenemos que viajar a Silicon Valley para verlas con nuestros propios ojos! Pero, ¿Qué es lo que hace posible que la marca empleadora sea tratada como tal?
La propuesta de valor.
Pero no cualquier propuesta de valor, sino la propuesta de valor hacia el empleado (llamada también PVE). Si bien este recurso suele componerse por dos activos, en Uakika creemos que son tres:
Este atributo responde principalmente a un muy buen trabajo con la cultura organizacional. Se refiere a aquello que representa una ventaja para el colaborador, pero no está estipulado en ningún lugar. Por ejemplo, si al decir que trabajas en X empresa y sientes orgullo, entonces eso será un beneficio intangible. El orgullo de pertenencia, el impacto social, el clima laboral, etc. son parte de la propuesta de valor hacia el empleado.
Por el contrario, los beneficios tangibles hacen referencia a lo que sí fue pactado con cada uno de los colaboradores a nivel empresarial de antemano. La flexibilidad horaria, la membresía del gimnasio, los descuentos en plataformas, productos o servicios, la capacitación, etc.
En algunas ocasiones comprender la diferencia entre beneficio, incentivo y reconocimiento puede parecer en un reto, pero lejos está de serlo.
Sin lugar a dudas otras dos variables que influyen en la transformación de la cultura corporativa son los incentivos y los reconocimientos. Observar dónde, a quiénes y cuáles serán los incentivos que las empresas comuniquen no sólo se convertirá en la propuesta de valor para ese colaborador, sino que permitirá comprender qué valores guían a la compañía. Por ejemplo, otorgar bonos semestrales podría tratarse de un incentivo.
En segundo lugar, el reconocimiento. Aquellas empresas que posean una cultura de reconocimientos o procesos específicos para felicitar a sus colaboradores por determinadas actitudes o acciones, sin lugar a dudas potenciará la propuesta de valor. ¿Quién no quiere que su trabajo sea reconocido?
Tener la capacidad de observar los beneficios que tiene la empresa para con sus colaboradores en un sólo lugar, que existan metodologías específicas para reconocer y ser reconocidos, o incluso que los líderes puedan hacer mucho más fácil el uso de un programa de incentivos, son sólo beneficios disponibles para un software preparado para tal fin.
Con la intención de potenciar las relaciones humanas y transformar culturas empresariales, nació Uakika hace más de 2 años. Somos una plataforma pensada para agilizar y afianzar los programas de incentivos, reconocimientos y beneficios. Así es que ayudamos al área de Marketing y Recursos Humanos a potenciar la marca empleadora: