La motivación es una emoción que influye sobre la conducta de las personas, logrando que sus actos sean redirigidos y potenciados hacia el objetivo que desean conseguir. Esta reacción permite enfocar las acciones humanas con mayor intensidad con el fin de alcanzar la meta, por lo que podríamos llamarlo un combustible. 

Vamos a evaluar, concretamente, cómo funcionan los incentivos dentro del ambiente laboral. En este caso, tenemos en cuenta la velocidad que puede alcanzar una empresa como vehículo al cargar de motivación y combustible a sus integrantes, tanto internos como externos.  

¿Qué son los incentivos laborales?

Es pertinente aclarar que el sentido de los incentivos laborales es una inversión en la motivación de los colaboradores, con el objetivo de alcanzar la rentabilidad más alta de una compañía.

Los incentivos laborales son inversiones con objetivos blandos y duros, que apuntan a mejorar el ambiente laboral, la relación con los colaboradores externos, el ánimo de los empleados y su fidelización con la empresa. Estas son cuestiones que, en determinadas ocasiones y a largo plazo, en el aumento de productividad.

Esta estrategia no se trata solo de pagar más dinero, sino de enfocar esa motivación y traducirla en acciones que reflejen el valor que tiene el colaborador -tanto interno como externo- incentivado para mantener ese ritmo activo de trabajo.

¿Cuáles son los beneficios de los incentivos laborales?

Veremos que los beneficios no son únicamente económicos, ni tampoco el 100% de la planificación de los mismos. Estas son algunas de las razones por las que deberías analizar por qué introducir un programa de incentivos laborales para cuidar y motivar a tus colaboradores:

• Fidelidad: un empleado feliz con su empresa es un empleado fijo. No solo evaluará su sueldo frente a un posible cambio laboral, sino que podría priorizar su ambiente actual por sobre la posibilidad de ganar más dinero. Asimismo, una empresa que trabaja codo a codo con otra en buenos términos a nivel gerencia, administración y plazos, crea bases para futuras alianzas.
• Felicidad: se corresponde con un ambiente laboral sano, cooperativo y agradable. No es un sentimiento menor, dado que la empatía hacia la persona u organización traerá beneficios, tanto por su fidelización como por su buena predisposición.
• Clarificación de los objetivos: un programa de incentivos laborales permite, a la vez, establecer objetivos medibles y consolidados que den un norte a la compañía, junto a una herramienta de análisis futuro para revisar su avance y cumplimientos.
• Proactividad: un trabajador conforme personalmente está listo para ser aún más proactivo, atento a nuevas tareas y a posibilidades de desarrollo personal al momento de tomar más responsabilidades. Su predisposición lo mantiene alerta para resolver problemas que puedan ir más allá de sus tareas, evitando síntomas de malestar laboral, como una quiet quitting. Lo mismo ocurre con los proveedores. 
• Productividad: se trata de ser más eficientes a la hora de producir. Esto puede verse reflejado en un aumento de la producción en el mismo tiempo, o una reducción de tiempo para producir el mismo porcentaje que antes. En ambos casos, se trata de un beneficio; aunque el primero sería más tangible, el segundo permitirá reducir costos en otros sentidos (como en maquinaria, energía, etc.) o bien dejar más tiempo para nuevas tareas.
• Branding laboral: los empleados, como embajadores de la marca y como reflejo del programa de incentivos laborales, generan un mejor posicionamiento de la marca laboral. Una compañía en la que se recomienda trabajar o hasta otras compañías eligen trabajar en conjunto, no necesitará de grandes inversiones en búsquedas laborales. Esto se debe a que ya tendrá una fila de interesados antes de comenzar una.

Los beneficios de los incentivos laborales pueden variar según el rubro de la empresa. Lo seguro es que, mediante un programa de incentivos laborales, toda compañía tendrá asegurado un retorno futuro de esa inversión en distintos aspectos.

¿Qué tipo de beneficios le puedo brindar a mis colaboradores?

Como venimos detallando, el beneficio que se brinda no es solo a nivel económico, sino también personal y empresarial.

Económico: el más tangible y medible de los beneficios, generalmente es fácil de aplicar en equipos de ventas o finanzas, ya que la medición puede arrojar números claros de mejora y rentabilidad para la empresa. Puede ser segmentado con el fin de establecer etapas que motiven a seguir avanzando mes a mes. Esto mismo se puede aplicar con los colaboradores externos.

Personal: este beneficio, intangible en términos reales, puede verse en la productividad del colaborador. También, se podría observar en un reporte mensual para poder medir la relación entre inversión y ganancias generadas. 

Si un empleado genera X cantidad de plusvalía en un mes, y al mes siguiente se aplicó un programa de incentivos laborales que mejoró su ambiente laboral y organizó o redujo sus tiempos laborales en pos de su vida cotidiana, podremos ver el impacto en su rendimiento. 

A fin de cuentas, todo un equipo podría ver potenciada su productividad a partir de incentivos laborales que se reflejen en su bienestar. 

Empresarial: para lograr ser una empresa competitiva que se destaque por sobre las demás, es fundamental lograr que las organizaciones tengan una buena imagen de nosotros como compañía. Por eso, al momento de hablar sobre los beneficios, es mutuo cuando se trata de dos firmas que trabajan en conjunto o que una es provee servicios o productos a la otra. 

¿Cómo aplicar un programa de beneficios laborales?

Retomando una de las ideas centrales, como bien se atribuyó el concepto desde su base, la motivación es una emoción, y trabajar con ella requiere de medidas cuidadosas y planificadas especialmente.

Analizar las emociones es lo que permite, en primer lugar, planear la estructura de un programa de incentivos laborales a nivel interno para contrastar con los beneficios buscados a través de los objetivos Sin embargo, esto se da a nivel interno. 

Por otro lado, a nivel externo es importante saber cuál es la mejor manera de motivar a otra compañía a trabajar con la nuestra. Y sin dudas que un buen concepto e imagen de la empresa, así como sus valores, jugarán un papel primordial. 

Pasos que debemos seguir…

En primer lugar, hay que  definir los objetivos a alcanzar para planificar de manera gradual la aplicación, con el fin de garantizar que el combustible alcance para que el vehículo avance en la dirección y a la velocidad deseadas.  

En segundo lugar, hay que definir qué tipo de incentivo se llevará a cabo. Allí, entonces, se conjugan las posibilidades de motivación del personal con la búsqueda de objetivos de la empresa para establecer un balance que se traduzca en el plan. 

El programa de incentivos laborales se estructura desde 0, pero continúa abierto a modificarse o ampliarse mediante análisis recurrentes que miden su éxito.

Ninguna estrategia es única ni inamovible; si un programa de incentivos laborales ofrece mejores resultados con medidas no económicas, no hay necesidad de ampliar la inversión en concreto.

Por el contrario, si el plan inicial no es del todo efectivo al intentar cumplir los objetivos, se intenta balancear la motivación, o recurrir directamente al incentivo económico.

Razones para aplicar un programa de incentivos laborales

A esta altura, los gerentes de empresas, directivos de RR. HH., pymes o áreas de gestión ponen en la balanza todo lo explicado para analizar si vale la pena o no. La realidad es que, incluso antes de considerar resultados, es casi imposible pensar en que una compañía pueda ser viable y sostenible si no motiva continuamente a sus empleados.

En principio, la razón es económica: una inversión siempre busca atraer mayores ganancias. Esto se logra con el aumento de productividad o predisposición anteriormente mencionado. Pero, en un segundo orden, incluso sin alcanzar dichos objetivos, un programa de incentivos laborales siempre atrae beneficios.

Cualquier empresa que planifique un futuro lo hace con intención de ampliarse. Es preferible mantener a un equipo que ya está aceitado y unido, que buscar recambio de manera recurrente por no esforzarse en motivar a los colaboradores, más allá de lo económico.

Uakika: experiencia en motivación laboral

En la rentabilidad o en la comodidad, una compañía debe planificar ser mejor en todos los aspectos, y para eso debe tener en cuenta los factores duros y blandos. En Uakika contamos con la experiencia y la sensibilidad necesarias para analizar perfiles humanos y de organizaciones en la búsqueda de respuestas económicas, emocionales y empresariales.

Planificar un programa de incentivos laborales requiere de tiempo, análisis interno y contraste con objetivos deseados. Al unísono, además, necesita de una revisión periódica para entender cómo invertir y de qué manera continuar haciéndolo en sus activos más importantes: los colaboradores.