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Autor: Andres

Andres

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Esta afirmación lejos de querer generar polémica es una invitación a compartir y discutir esta interesante comparación. Un acercamiento muy interesante sobre este punto se realiza desde el libro “La Ontología del Lenguaje” de Rafael Echeverría cuando compara los juegos con las prácticas sociales, definiéndose estas últimas como las acciones recurrentes que se se hacen cargo de coordinar acciones de forma más eficiente. Sin duda el trabajo es una práctica social.

Ahora bien, siguiendo con el paralelismo con el que inicié este artículo: ¿Qué necesitamos saber para poder jugar un juego?

Podemos comenzar una gran lluvia de ideas pero lo necesario es que existan tres declaraciones que son:

  • Objetivo: ¿Qué se persigue con el juego? ¿Qué queremos lograr? ¿Para qué estamos jugando?
  • Elementos: ¿Qué necesitamos para jugar el juego?
  • Reglas y sanciones: ¿Qué se puede o no hacer? ¿Qué sanciones se tienen?

Si cualquiera de estas tres declaraciones varían, ya no es el mismo juego pero lo interesante es que todas las personas que desean jugar conozcan y tengan el mismo acceso a esta información.

Ahora viene una gran pregunta, en su organización, todos los colaboradores que van diariamente a “jugar”, ¿Conocen su objetivo? ¿el objetivo corporativo? ¿saben cómo tienen que jugar? ¿tienen todos los elementos necesarios para jugar?…

Desde Uakika ayudamos a que todos “jueguen” para lograr los objetivos organizacionales, ¿Hablamos?

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